La publicidad «tóxica» de las drogas

El uso de drogas ha acompañado al hombre casi desde sus inicios, pero ha sido necesario el paso del tiempo para que los efectos negativos de las sustancias adictivas pudieran conocerse verdaderamente.

Cada día poseemos más información acerca de las consecuencias que conlleva el abuso de determinadas sustancias, y gracias a ello somos más conscientes del coste físico y psicológico que puede conllevar su consumo, pero si volvemos la vista atrás, descubrimos que no siempre ha sido así.

El mundo de la publicidad es un buen referente de estos cambios y de la concienciación que poco a poco ha ido calando en nuestra sociedad. Si echamos un vistazo a los anuncios publicitarios de los años 60, por ejemplo, podemos sorprendernos al descubrir que lo que hoy nos resultaría una barbaridad, en aquel tiempo era visto como algo completamente natural. Anuncios invitando a consumir cigarrillos o incluso, alentando a los menores al consumo de alcohol.

En este artículo haremos un repaso por la historia, veremos cómo se ha transformado nuestra visión de estas sustancias con el paso del tiempo y el impacto que ha tenido siempre sobre su consumo el mundo publicitario.

Comenzaremos hablando de dos de las drogas más habitualmente consumidas: el tabaco y el alcohol.

El alcohol

El alcohol acompaña a la humanidad desde hace más de 10.000 años.

Y aunque en España en 1921 ya se sabía, que la única causa del alcoholismo era el uso abusivo de bebidas alcohólicas, se creía que únicamente las destiladas, tipos aguardiente, coñac o similar, revestían peligrosidad.

El alcoholismo surge como problema médico psiquiátrico a finales del S.XVIII, pero tan solo a partir de 1.940 podemos decir que se estableció una corriente continua de investigaciones y se crearon las condiciones para que fuese reconocido como enfermedad, básicamente a través del síndrome de dependencia.

A mediados del siglo XIX se intentaron establecer las causas del alcoholismo. En 1.915 la psiquiatría realizó un estudio sobre el alcoholismo y sus formas clínicas o psicosis alcohólicas; embriaguez patológica, alcoholismo crónico, “delirium tremens”, alucinosis aguda, delirio sistematizado alcohólico, y pseudo parálisis general alcohólica, incluyendo la psicosis polineurítica de Korsakoff.

En la publicidad durante finales de siglo, las noticias sobre el vino fueron proliferando en los distintos periódicos locales y nacionales. Aparecen anuncios de vinos digestivos como el Vino de Peptona Ortega del cual se aseguraba que colaboraba a una nutrición completa sin la intervención de las fuerzas digestivas del individuo. Se anunciaba como indispensable a los convalecientes y personas débiles.

En 1885 el elixir de Ajenjo, se anuncia un remedio eficaz contra el cólera. Durante 1886 otro de los licores utilizados fue el licor de Coca de Perú, al que se le otorga-ban propiedades digestivas, contra la debilidad y las afecciones mentales.

El Tabaco

Con la llegada a América de Cristóbal Colon aparece el tabaco. Al principio comenzó siendo únicamente un hábito propio de marineros y clases bajas, termino por extenderse a otros grupos sociales y la evolución del hábito de fumar hizo que los gobiernos vieran la posibilidad de negocio, iniciándose una mayor fabricación y venta, y sustituyéndose la fabricación artesanal por la industrial, creando un comercio internacional que, hoy en día, sigue teniendo mucha importancia.

El año 1881, se publicó en la librería española de Garnier Hermanos en París, El arte de fumar, tabacología universal, de García Ramón. En este librito se afirmaba que el tabaco solo causaba daño si se abusaba de él. Solamente apuntaba una acción nociva durante la primera infancia y juventud.

 

“De los diez a los quince años, debe el hombre abstenerse de tabaco…”.

En 1929 se publica la primera evidencia científica que relacionaba cáncer y tabaco y en 1939 aparece el primer estudio epidemiológico mundial que demuestra esta correlación.

¿Y el resto de drogas?

Cocaína

En el año 1859, el científico alemán Albert Niemann, aisla el alcaloide principal de la coca: la cocaína. Este compuesto, comienza a comercializarse rápidamente como alimento para los nervios y como una formula inofensiva de curar la tristeza, también como tensor de las cuerdas vocales, fue empleaba por los artistas del Bel canto e incluso una década más tarde se le atribuía el poder de otorgar vitalidad y hermosura a las mujeres.

En 1865, el químico austriaco, Wilhem Lossen, descubre la fórmula bruta de la cocaína: C17 H21 O4 N.

Muy pronto la cocaína llegó a alcanzar un gran prestigio científico y social, utilizándose como remedio en algunas enfermedades. Uno de los primeros usos fue como anestesia local y también fue utilizada para fortalecer el corazón, estimular la circulación, provocar euforia y mejorar las funciones digestivas. Se prescribía para el cansancio, la debilidad, la neurastenia, el estrés, el alcoholismo, la fatiga sexual y la gripe. Y se llegó a afirmar que con su uso se podría incluso curar de manera radical a los alcohólicos en 10 días. Parece increíble ¿verdad?

Pero en el año 1880, se empieza a cuestionar su utilidad y se comienza a evidenciar su capacidad adictiva, la conducta psicótica, las convulsiones e incluso algunos casos de fallecimiento.

En el año 1885 aparecen las primeras advertencias sobre el consumo de cocaína y aunque se continúa afirmando que aliviaba la sensación de agotamiento, disipaba la depresión mental y producía una sensación de bienestar, se comienza a decir que con un consumo continuado aparece un deseo que debe satisfacerse y que si no se consume de nuevo el individuo presenta síntomas de nerviosismo y agitación.

Ese mismo año Freud, a raíz de la sobredosis de cocaína de uno de sus pacientes escribe un artículo titulado “Craving For and Fear of Cocaine”, en el que subraya que la cocaína producía paranoia, alucinaciones y deterioro físico y mental.

En 1887 el Dr. Mattison asegura al fin, que la cocaína produce adicción.

La legislación española permitía que a principios del siglo XX se pudiesen dispensar pastillas y jarabes de cocaína de libre acceso.

En la España del franquismo el uso de la cocaína continúo estando presente. La consumían sobre todo personas sin privaciones económicas que vivían intercalando su trabajo con veladas de desenfreno y grandes consumos de alcohol y cocaína.

La cocaína estuvo casi medio siglo relegada a pequeños grupos de consumidores, pero a partir de los años 70 su consumo resurgió con fuerza, bajo la idea de que era la droga del bienestar frente al malestar teóricamente producido por la heroína.

Cannabis

Comenzó a consumirse como droga en 1900 y en las décadas de 1960 y 1970 se extendió su uso entre la juventud de la época.

En el siglo XIX su uso se popularizó en Gran Bretaña en relación con sus propiedades curativas. El divulgador de su aplicación terapéutica fue O`Shaughnessy, que había residido en la India como médico del ejercito colonial inglés. Allí, había observado la utilización que se hacía de esta droga para el tratamiento de la rabia, el reumatismo, la epilepsia y el tétanos.

A finales del siglo XIX la compañía farmacéutica Grimault y Cía., anunciaba Cigarros Indios de Cannabis Indica, con propiedades para combatir el asma, la opresión y muchos otros tipos de dolencias orofaríngeas.

Durante este tiempo también fue utilizada con fines exclusivamente recreativos. En la actualidad sabemos que fumarla provoca enfermedades en los pulmones y en el corazón. El humo contiene gases químicos y venenosos que provocan cáncer. También puede destruir los tejidos pulmonares y disminuir el sistema inmunológico del organismo destruyendo los glóbulos blancos.

Opio

Las primeras noticias que se tienen del Opio (adormidera) se remontan 3.000 a C., en Egipto, donde era utilizado como analgésico y calmante.

Ya por el siglo XVII el inglés Thomas Sydenham elaboró un compuesto. Este compuesto, a base de opio, es usado como calmante de amplio espectro, denominado Láudano. En el siglo XIX y se podía adquirir en las farmacias y se prescribía para aliviar dolores, provocar sueño, calmar irritaciones, para resfriados, cuadros de meningitis, incluso en ocasiones mezclado con otras sustancias psicoactivas tales como la cocaína.

En el año 1805 se sintetiza la morfina y comienza a comercializarse sustituyendo al opio en los tratamientos médicos, este consumo normalizado derivó en adicción en muchos casos, encontrando entre los morfinómanos un 25% de mujeres, un 65% entre terapeutas, personal sanitario o sus familiares y el otro 10%, correspondía a clérigos, profesiones liberales, gente de alta sociedad, bohemia y algunas prostitutas. Años más tarde, se sintetiza la heroína, fabricada por Bayer en 1883, 5 veces más activa que la morfina. Pero no será hasta principios del siglo XX cuando los médicos empiezan a tomar conciencia del riesgo derivado de su consumo.

En el año 1912 la campaña de publicidad más potente se debía a laboratorios Bayer anunciando su jarabe de heroína.

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