Ayahuasca
La Aya-, -waskha, ayahuasca, la “liana de los muertos”, es una planta sagrada originaria de la cuenca del Amazonas cuyo tronco, de nombre científico Banisteriopsis caapi y las hojas del arbusto Psychotria viridis, contienen el alucinógeno dimetiltriptamina (DMT).
Se amalgaman en un bebedizo ancestral cuyos efectos psicoactivos logran la conexión entre el plano terrenal y el mundo de los espíritus.
Vinculada tradicionalmente a ciertas prácticas chamánicas, su elaboración se encuentra muy extendida por toda América del Sur. La mayoría de las personas buscan la ayahuasca con buenas intenciones, ya sea por curiosidad o como una opción para aliviar dolencias del alma.
En cambio, quienes se acercan a la “planta sabia” por recreación, la desechan sin más, después de vomitar muchas veces.
¿Qué es la ayahuasca?
La ayahuasca, yagé o nishi cobin es una bebida considerada por los pueblos indígenas de la Amazonía latinoamericana como un regalo de los dioses, como la llave que abre las puertas de la purificación del cuerpo y del espíritu hacia el renacimiento de la Humanidad, hacia una vuelta al útero originario que nos conforma.
Los chamanes son los maestros sanadores encargados de prepararla, a través de la cocción de plantas que solo son propias de la región de la selva amazónica.
Aquellos pueblos fundacionales sacralizaron dicha planta, atribuyéndole propiedades altamente curativas, pero, además, considerada como una transmisora de sabiduría.
El consumo de la ayahuasca genera efectos alucinógenos
Efectos en el organismo
Durante la ingesta de ayahuasca se pueden presentar varios efectos que pueden conducir a experiencias verdaderamente intensas desde el punto de vista físico, mental y emocional, mientras los efectos del DMT se encuentran presentes en el cuerpo.
Su duración es de entre cuatro a cinco horas, aproximadamente.
La somnolencia inicial da paso a la lasitud, con visiones luminosas, juegos de colores, sobre todo en combinaciones de blancos y azules, que irán aumentando en intensidad.
Luego de esta etapa de relajación se entra en un sueño profundo, que conecta al ser humano con lo divino primordial.
Pero, como todo viaje interior, el consumo de ayahuasca tiene su costo. Resulta habitual que su ingesta provoque reacciones físicas adversas, sobre todo náuseas, vómitos y diarrea, así como malestar emocional agudo. De hecho, se ha demostrado que el abuso puede provocar el síndrome serotoninérgico, que genera la aparición de temblores, espasmos, hipertermia y sudoración extrema, síntomas que, incluso pueden causar la muerte súbita.
En comparación con otras sustancias alucinógenas, tales como la psilocibina y el LSD, la ayahuasca actúa con mucha mayor rapidez e intensidad, pero la duración de sus efectos es muy inferior. Por vía oral, se mantienen durante unas 3 horas, y si es inhalada o administrada por vía intravenosa, entre 5 y 15 minutos.
En el aspecto emocional, es muy frecuente que los usuarios de ayahuasca sientan unas ganas irrefrenables de llorar, o de reír a carcajadas.
Pero, en otros casos, las personas entran en un estado contemplativo de calma absoluta. Todo dependerá de la preparación, en conjunción con el estado anímico y mental de quien la use.
Mucha gente acude a los poderes de la ayahuasca para realizar una suerte de exorcismo en sus almas, para liberarse de fantasmas que los acosan, para enfrentar sus miedos y trascenderlos, pero, a su vez, también el consumo es considerado por varios expertos como una eficiente forma de medicina alternativa.
El consumo ayahuasca puede causar la muerte súbita
Impacto social y terapéutico
Debido a sus cualidades alucinógenas y de trastorno de la realidad, la ayahuasca está considerada como una droga ilegal en la mayoría de los países. Sin embargo, en México no está prohibido su consumo en rituales, pero su componente psicoactivo principal, el DMT, sí es ilegal.
En países como Ecuador, Brasil y Perú, existe un creciente mercado etno y ecoturístico alrededor del consumo de ayahuasca. También las iglesias ayahuasqueras de Brasil de União do Vegetal, Barquinha y Santo Daime, entre otras, cada una con sus respectivas ramificaciones allende las fronteras.
Posee múltiples usos terapéuticos, que están liderados por instituciones reconocidas en este ámbito, tales como el centro Takiwasi, en Tarapoto, Perú.
Son comunes las redes de consumidores de sustancias psicoactivas en toda Norteamérica y Europa, influidas por las corrientes y prácticas terapéuticas provenientes de Suramérica.
De igual forma, en los últimos años, también se ha registrado un ascenso en la cantidad de investigaciones médicas, neurológicas, farmacológicas y antropológicas, con relación al uso y administración de la ayahuasca.