¿Qué es la asertividad?
La palabra «asertividad» proviene etimológicamente del latín asserere o assertum, que significa «afirmar» o «defender». Y hace referencia al comportamiento mediante el cual somos capaces de autoafirmarnos y defender nuestras ideas, nuestros intereses, y emociones, al tiempo que reconocemos el derecho de los demás a sus propias emociones y opiniones.
La asertividad es un concepto muy ligado a la inteligencia emocional. Somos asertivos cuando nos comunicamos de forma efectiva, es decir, decimos exactamente aquello que queremos transmitir de forma firme, sin culpas o temores, pero a la vez siendo respetuosos y empáticos con los demás. Comunicamos lo que deseamos, sentimos, opinamos, respetando al interlocutor. También es una forma de reaccionar ante los conflictos o discusiones de forma sana, entendiendo nuestras necesidades y respetándolas sin herir o dañar a la persona con la que tenemos el conflicto.
Algunas características de las personas asertivas son las siguientes:
- Defienden sus propios derechos respetando a los demás y mostrando empatía.
- Tienen seguridad en sí mismos.
- Validan las emociones de los demás.
- Escuchan activamente.
- Afrontan los conflictos de manera serena.
- Son sinceros.
- Son emocionalmente estables.
- Su objetivo es el término medio y por eso, frente a un conflicto su finalidad es encontrar una solución adecuada para todas las partes.
- Tienen relaciones interpersonales satisfactorias y fructíferas.
¿De qué manera comunicas?
Somos seres sociales, pero en las interacciones sociales podemos exhibir diferentes estilos de comunicación, estos son los estilos pasivo, agresivo, pasivo agresivo o asertivo.
Estilo de comunicación pasivo
Las personas pasivas anteponen a sus propios los derechos e intereses personales de los demás. Tampoco son capaces de expresar adecuadamente lo que sienten o lo expresan de forma insegura y desde la culpabilidad.
Tienen dificultades para rechazar peticiones y en el caso de los adictos o de las personas vulnerables a convertirse en adictos, este factor es crucial.
Estas personas conceden mayor credibilidad a lo que piensan o sienten los demás y muchas veces se sienten arrastrados a situaciones que no son de su agrado.
Buscan aprobación por parte de los otros, anteponiendo los intereses de los demás a los propios
- Suelen hablar con un volumen de voz bajo, vacilaciones, silencios y muletillas.
- Evitan de la mirada y del contacto ocular.
- Sienten nerviosismo.
Las emociones que se derivan de esta manera de comunicarse son:
- Impotencia.
- sentimientos de culpabilidad.
- baja autoestima.
- frustración.
- ansiedad.
Estilo de comunicación agresivo:
Estas personas, pueden parecer seguras y directas a la hora de expresarse, pero lo hacen de manera inadecuada, enfrentando los conflictos como un ataque personal en el que solo se puede ganar o perder, por lo que no respetan los derechos y sentimientos de los demás.
Las emociones que se derivan de esta manera de comunicarse son:
- Sentimiento de humillación.
- Ira
- Soberbia
- Rencor
¿Qué relación existe entre la falta de asertividad y la adicción?
Un factor determinante en el inicio del consumo de drogas y en las recaídas, es sin duda, la presión ejercida por el grupo de iguales. Especialmente, en las personas más vulnerables o inseguras, aquellas que necesitan sentirse parte de algo, esta presión puede jugar muy en su contra, llegando en muchos casos a tomar decisiones empujados por el temor a ser excluido de un grupo o a no ser aceptados por los demás. La falta de asertividad, unida a otros factores como la inseguridad, la falta de autoestima o la incapacidad de poder decir no, sin sentir culpabilidad o temor, es un factor clave para que pueda surgir una adicción o pueda darse una recaída.
Por eso, una persona que desea decir NO a las drogas debe reconocer sus derechos asertivos:
- Derecho a expresarse libremente
- Derecho a ser tratado con respeto.
- Derecho a tomar sus propias decisiones.
- Derecho a velar por sus necesidades.
- El derecho a cambiar.
- El derecho a equivocarse y el derecho a enmendar los errores cometidos.
- El derecho a disfrutar.
- El derecho a ser independiente.
- Derecho a decir “NO” sin sentirse por hacerlo culpable o egoísta.
- El derecho a decir libremente lo que quiere siendo consciente de también los demás tienen derecho a decir “NO”.
Por eso: sencillamente di No
Cuando una persona toma la decisión de no consumir, es fundamental que posea la habilidad para comunicar a los demás su voluntad y de imponer unos límites a las actuaciones de los demás si es necesario. Por eso es importante que sepa expresarse de manera directa, sin rodeos, desde el “yo”, y siendo breve y clara. También es importante la expresión no verbal, tener un lenguaje corporal asertivo (tono de voz firme y tranquilo, contacto ocular, distancia cercana al interlocutor). Decir no de forma amable y respetuosa, pero firme.
Porque debemos tener la opción de elegir por nosotros mismos aquello que no va a dañarnos, independientemente de lo que piensen o deseen los demás, sin sentirnos culpables o atemorizados por ello.
Y tenemos también derecho a elegir relaciones sanas con los demás, relaciones que nos impulsen a crecer y que nos hagan bien, no mal. Y por este mismo motivo, debemos ser capaces de reconocer cuando una persona o grupo de personas no son los ideales o más convenientes para nuestra felicidad.
La asertividad se aprende, basta con comenzar a practicarla, y es una herramienta fundamental en la prevención de las adicciones dentro de las practicas básicas de protegerse y no ir a lugares de consumo o tráfico de drogas, discotecas, bares o salones de juego dependiendo de la adicción que se tenga. La asertividad es un plus en la estrategia de defensa ante una recaída de valor incalculable.