Adicción a las apuestas

El 8% del mercado mundial de juegos de azar corresponde a las apuestas que se realizan a través de Internet. En los últimos 10 años, las páginas que ofertan apuestas en línea se han multiplicado: bingo, casino online, póker, concursos y todo tipo de apuestas.

Este incremento de oferta, ha propiciado un aumento de usuarios, y a su vez, se han disparado los casos de personas adictas a esta modalidad de apuestas a través de Internet.

Pero lo peor de todo esto es que, con las nuevas tecnologías, el perfil de adicto al juego también ha cambiado. Antes normalmente eran varones de entre 30 y 40 años, que jugaban para ganar dinero o recuperar las perdidas, pero actualmente, es alarmante que el perfil mayoritario es el de jóvenes de entre 15 y 35 años.

Así mismo, también hay un incremento de este tipo de adicción en mayores de 60 años, que viven solos.

De esta manera, se calcula que entre un 1% y un 2% de los adultos tienen adicción al juego, mientras que, entre los adolescentes, las cifras oscilan entre el 3% y el 8%.

El juego online es mucho más adictivo que el juego presencial.

Apuestas Deportivas | Adicciones

Entre otros aspectos, las variables que hacen que provoque una mayor adicción son:

  • La velocidad con la que pueden realizarse apuestas.
  • La velocidad con la que se puede saber el resultado de las mismas.
  • La mayor probabilidad de ganar.
  • Poder postar pequeñas cantidades.
  • Que se puede jugar de manera anónima, y en la intimidad.
  • La posibilidad de jugar desde la propia vivienda o desde cualquier lugar y a cualquier hora.
  • La publicidad está presente en todas partes, e incluso deportistas profesionales hacen anuncios al respecto.
  • Y la fácil accesibilidad a los juegos.

Hablamos de juego patológico cuando la persona presenta en primer lugar una pérdida de control del comportamiento en relación al juego. Esta pérdida de control se manifiesta a través de:

  • Una dependencia psicológica: Existe un deseo irrefrenable por jugar.
  • Tolerancia: Se genera la necesidad de pasar cada vez más tiempo jugando.
  • Síndrome de abstinencia: Se da cuando existe una imposibilidad o restricción de jugar y apostar. La persona puede llegar a presentar alteraciones físicas y psíquicas, como sudoración, palpitaciones, ansiedad generalizada, cambio de humor, falta de gestión emocional…

Algunos de los síntomas de esta adicción son los siguientes:

  • Realizar apuestas a escondidas.
  • Fantasear todo el tiempo con dichas apuestas.
  • Necesidad de incrementar el tiempo que se dedica a apostar.
  • Continuar jugando a pesar de haber perdido grandes sumas de dinero.
  • Continuar apostando, aunque esto interfiera en las relaciones personales o profesionalmente.
  • Sentir malestar al apostar menos o dejar de apostar.
  • Ser incapaz de dejar las apuestas.

Existen algunos factores de vulnerabilidad o propensión a caer en este tipo de adicción, tales como la inmadurez, la baja autoestima, la inestabilidad emocional y tendencia a la soledad o aislamiento, la introversión, la baja tolerancia a la frustración y a los estímulos no placenteros, las dificultades de adaptación y de relación que pueda tener la persona de cara a su ambiente familiar, laboral y social, y también pueden influir experiencias negativas como el fracaso escolar continuado, los conflictos a nivel familiar o laboral o haber pasado por situaciones difíciles en la vida.

También resulta relevante el modelo ejercido por la familia.

La adicción a las apuestas tiene unos mecanismos adictivos muy similares a los desarrollados en otras adicciones.

En todo tipo de adicción se da un patrón conductual parecido caracterizado por:

  • Impulso a repetir una conducta perniciosa.
  • Alivio rápido, pero temporal, de la tensión.
  • Acumulación de tensión hasta que se completa la conducta deseada.
  • Retorno gradual al impulso después de realizar la conducta deseada.
  • La adicción a las apuestas se diferencia de las drogadicciones principalmente porque no existe ninguna sustancia que genere efectos perjudiciales en el organismo.

En la mayoría de los casos, los afectados por este tipo de conducta adictiva no ni piden ayuda. Si la piden es ya cuando se ven ahogados por las deudas.

Sin embargo, se ha podido demostrar que el tratamiento psicológico funciona. Una vez que estos pacientes se ponen en manos de un profesional de la salud mental, un profesional del tratamiento de adicciones, lo normal es que más del 50% superen su problema dependiendo también del centro o programa que hagan.

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