¿Es Adictiva la Marihuana?
En realidad, la respuesta es que cualquier substancia que afecta a nuestra calidad de vida, haciendo que la persona que la consume no sea capaz de dejar de usarla, incluso en el caso de que ese sea su deseo, es una substancia adictiva.
Está demostrado que el consumo habitual de marihuana puede causar adicción. Aproximadamente 1 de cada 10 personas que usan esta droga con regularidad puede desarrollar un “trastorno de consumo de marihuana”. Esto es mucho más probable que ocurra cuando la gente empieza a consumir marihuana antes de haber cumplido 18 años.
Además, si sumamos el hecho de que es una droga barata y relativamente fácil de conseguir, se puede ver por qué tantas personas terminan transformándose en adictas.
La respuesta es: cuando la vida de uno acumula el daño suficiente para que la calidad de la vida en general se deteriore. Cuando uno ya no puede alcanzar sus metas y cuando la felicidad parece inalcanzable, a menos que consuma la sustancia adictiva.
El caso de la marihuana no guarda ninguna diferencia en relación al abuso de cualquier otra droga, este abuso viene definido por el hecho de que la persona que consume, necesita seguir consumiendo esta sustancia a pesar de los daños causados a la salud, a las relaciones, a su economía o a otras áreas. Además, si esta persona padece síntomas derivados de la abstinencia si intenta dejar de consumir, es sin lugar a dudas un adicto.
Los principales indicadores de que el consumo de marihuana se ha convertido en un problema de adicción son similares a las de otras adicciones, e incluyen:
- Un elevado consumo de tiempo dedicado a pensar en el consumo y en el mantenimiento del mismo.
- La necesidad de consumir una mayor cantidad para obtener el mismo efecto.
- La imposibilidad de dejar de consumir marihuana.
- Síndrome de abstinencia.
El cannabis, también conocido como marihuana, entre otros muchos nombres, contiene dentro de sus compuestos la molécula de THC o tetrahidrocannabinol, el cual es el compuesto psicoactivo o psicotrópico de la planta
Los términos cannabis y marihuana generalmente hacen referencia a las flores secas, las hojas subyacentes y los tallos de ejemplares hembra de la planta cannabis. Esta es la forma en que más se consume; el contenido es de entre un 3 y un 22% de tetrahidrocannabinol
La marihuana suele fumarse como si fuera un cigarrillo, o en pipas o pipas de agua o vidrio. En la actualidad, cada vez es más común su inhalación un vaporizador. Algunas personas la mezclan con alimentos o la toma en forma de infusión.
También hay una variedad de “marihuana sintética”, una droga químicamente similar al THC y que puede resultar sumamente peligrosa cuando se consume. Se conoce por el nombre de “K2,” “spice” e “incienso herbal”. Se han dado casos de muerte por sobredosis.
Cuando una persona consume marihuana, el THC pasa de los pulmones al torrente sanguíneo, y de allí, al cerebro y el resto de órganos. Su efecto sobre las células nerviosas produce una sensación de bienestar.
Pero al mismo tiempo, el THC también conecta con receptores de células nerviosas de otras partes del cerebro encargadas de regular la memoria, la coordinación, el pensamiento y la concentración, pudiendo llegar a provocar problemas de memoria, problemas en el aprendizaje, dificultad para pensar, falta de coordinación, ritmo cardíaco acelerado, ansiedad, ataques de pánico y una distorsión de la realidad. También se producen otros síntomas tales como adormecimiento, aumento del apetito, desinhibición etc. Su consumo a largo plazo se pueden presentar efectos secundarios más duraderos.
Al fumarla o inhalarla, sus efectos son similares a los de otras drogas, pudiendo dar lugar a problemas en el sistema respiratorio, como un incremento de las mucosidades, tos crónica y bronquitis. Su uso continuado afecta de manera negativa al sistema inmunológico.
La marihuana puede dañar determinadas del cerebro que participan en la capacidad para recordar, o atender simultáneamente a varias tareas y prestar atención.
En algunos estudios realizados en animales se ha observado que el uso habitual de marihuana se asocia a un descenso de espermatozoides en los hombres y a un retraso de la ovulación en las mujeres. Las mujeres que consumen marihuana durante el embarazo tienen más probabilidades de tener bebés con problemas de desarrollo y de comportamiento.
Los consumidores habituales de mucha marihuana tienen más probabilidades de presentar signos de depresión o de ansiedad. Si una persona padece una esquizofrenia o un trastorno bipolar, el consumo de marihuana puede empeorar los síntomas de estos trastornos mentales.
Los consumidores habituales de marihuana pueden presentar síntomas de abstinencia cuando deja de consumirla. Pueden estar irritables, tener ansiedad o sentirse deprimidos, padecer insomnio o perder el apetito.
El síndrome de abstinencia de la marihuana suele ser peor los primeros días tras detener el consumo. Pero después se van reduciendo gradualmente. Y suelen desaparecer una o dos semanas después de haber dejado de consumir marihuana.
Ante cualquier indicio de adicción a esta sustancia u otras lo mejor es pedir ayuda, puedes llamarnos o bien ponerte en contacto con alguna clínica o centro especializado en el tratamiento de adicción a la marihuana y cannabis.